Es una terapia regenerativa y uno de los tratamientos más novedosos.
Los fibroblastos son las principales células productoras de colágeno de nuestro cuerpo, los que, a medida que va pasando el tiempo, van envejeciendo y su acción se vuelve cada día más lenta, hasta llegar al momento en el que casi no llegan a producir esta sustancia, provocando que la piel vaya perdiendo sus propiedades de soporte y elasticidad, y dando paso a la aparición de arrugas y líneas de expresión.
“Se toma una pequeña muestra de piel detrás de la oreja, las que es llevada al laboratorio donde con una tecnología futurista aíslan los fibroblastos y lo cultivan, proceso que se demora entre seis y ocho semanas, para luego inyectarlo en la zona que se quiera rejuvenecer, ya sea rostro, escote, manos, etc”.